FUEGO ETERNO
Imágenes como las de Margherita Spiluttini garantizan la inmortalidad de la arquitectura contemporánea. Durante años habíamos visto películas de catástrofes situadas en un Nueva York del futuro. Unas torres gemelas fantasmagóricas eran el símbolo más reconocible de la ciudad de las ciudades, junto con el Chrysler y el Empire State. Un par de 767, también gemelos, convirtieron las dos torres en humo y demostraron, una vez más, que ningún futuro está asegurado, y que una torre de 100 plantas puede durar menos que la sonrisa de tu amante o de tu compañero de cama. Estamos acostumbrados a que la gente desaparezca. Pero las torres, eso ya es demasiado.
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